¡Hola hola buscador! 🔎
¿Cómo estas? Espero te encuentres muy bien. hoy te quiero compartir un poquito de mi última aventura pues sé que puedes sentirte identificada y te puede ayudar, así que espero te guste este blog...
La mente es una herramienta poderosa, capaz de llevarnos a alturas inimaginables, pero también puede ser nuestra peor enemiga si no aprendemos a controlarla.
Desde hace años, tenía en mi lista de deseos la experiencia de bucear a mar abierto. Finalmente, se presentó la oportunidad acompañada de mi hermano. La emoción que sentía al principio se convirtió rápidamente en ansiedad la noche antes de nuestra aventura. Mi mente empezó a mostrarme todos los escenarios posibles: pulmones colapsando, oídos reventados, un tiburón, ser olvidada por la lancha, perderme en el mar. Amanecí llena de miedo, pero decidida a no dejarme vencer.
El Miedo Previo
La noche anterior había llovido, lo que dejó el agua turbia al día siguiente. A medida que bajábamos, la visibilidad era casi nula. Para empeorar la situación, mi visor comenzó a llenarse de agua. Mi mente gritaba: "Ahora si te vas a ahogar". Mi primera reacción fue querer regresar a la superficie de inmediato, pero sabía que un ascenso rápido podría ser peligroso.
Le hice señas desesperadas al instructor. Él, con una calma envidiable, trató de tranquilizarme. Subimos poco a poco y, ya en la superficie, me cambió el visor y me preguntó si estaba lista para intentarlo de nuevo. Mi primer impulso fue negarme, pero decidí enfrentar mi miedo. Me recordé a mí misma: Diana, tu mente no puede más que tu.
El Valor de la Respiración
Mi hermano nos esperaba abajo a medio camino, por lo que, eso me motivaba más a bajar, pensaba: cómo lo voy a dejar, si es una experiencia que planeamos juntos. Como sabes practico yoga desde hace tiempo, así que, recordé las enseñanzas de la practica: respirar. Aunque esta vez sería con la boca, el principio era el mismo: respirar con calma y sin prisa. Sabía que si me estresaba y respiraba rápido, consumiría más oxígeno. Así que decidí pensar en que estaba segura con el guía y respirar pausadamente, como si estuviera subiendo una montaña, pero esta vez descendiendo al mar.
A unos 7 metros de profundidad, logré calmar por completo mi mente y disfrutar de la maravillosa flora y fauna marina. Fue un espectáculo increíble. Al regresar a la superficie, me di cuenta de lo saboteadora que puede ser nuestra mente y la importancia de aprender a controlarla y por supuesto, al quitarme el visor me di cuenta que tenía grabado el número 11, que para mi representa el cuidado, apoyo y protección de los ángeles.
Siempre Puedes Volver a la Superficie y Ver el Sol.
La lección que me dejó esta experiencia es que nuestra mente puede ser nuestra peor enemiga, llenándonos de miedos irracionales. Pero también es cierto que nosotros tenemos el control. Aprender a respirar, calmarse y callar la mente es vital para enfrentar nuestros miedos. Recuerda siempre que, aunque te sientas abrumado por tus temores, puedes volver a la superficie, respirar profundo y ver el sol.
Espero que mi experiencia te inspire a enfrentar tus miedos y a descubrir que tienes la fuerza para superar cualquier obstáculo. La próxima vez que tu mente te juegue una mala pasada, respira, calma tu mente y sigue adelante.
¡Tú puedes más que tus miedos!
P.D: ¡Gracias hermano por una experiencia más compartida contigo, te quiero! 🥰
Cuéntame, ¿Te ha pasado algo similar?, déjame saber en los comentarios...
Si te gustó, regálame un ❤️ y comparte.
Deseas una sesión privada, escribeme a: info@dianaorozco.net
Comments